viernes, 7 de junio de 2013

Transgresiones y regresiones marinas en el Geoparque


Se produce una transgresión marina cuando el nivel del mar sube lentamente e inunda un continente, desplazándose la línea de costa tierra adentro, hasta que finalmente todo el terreno desaparece bajo las aguas. Este fenómeno geológico se puede originar por el lento hundimiento del continente o bien por una elevación del nivel del mar.
Rizaduras de corrientes (ripple marks) del mar ordovícico. 
Geositio de Peña Amarilla (Foto de Jaime Cerezo).
Una regresión marina es el fenómeno inverso, es decir, la retirada paulatina de las aguas del mar que cubren un continente, el cual va emergiendo lentamente hasta quedar todos los terrenos antes sumergidos expuestos a los fenómenos erosivos superficiales. Este fenómeno geológico se puede producir por un plegamiento orogénico, con la consiguiente elevación de los estratos del fondo marino, o bien por un descenso del nivel del mar.

La Geología Histórica nos permite diferenciar las antiguas áreas de erosión (continentes) y las áreas de sedimentación (cuencas marinas). Por tanto, no podemos comprender la historia geológica del Geoparque, sin conocer los sucesivos periodos transgresivos y regresivos que se sucedieron en esta zona del Macizo Hespérico hace centenares de millones de años (m. a.).

En el Anticlinal del Ibor-Guadalupe y en el Anticlinal de Valdelacasa es donde mejor podemos estudiar la historia geológica más antigua del Geoparque. Según su registro estratigráfico y paleontológico, las primeras rocas de origen marino aquí depositadas, lutitas, areniscas y calizas, tendrían una edad no superior a los 635 millones de años.

Los fósiles marinos que hoy conocemos correspondientes a la transgresión más antigua pertenecen al periodo Ediacárico (635-541 m.a.). A finales de aquel remoto tiempo gran parte de la región era un medio marino somero en el que se fueron diversificando distintos organismos vegetales y animales, como vendoténidos y cloudinas, cuyos restos fosilizados han quedado registrados respectivamente en los estratos de lutitas y calizas que hoy encontramos en los anticlinales villuerquinos.
  Esqueletos externos de Cloudinas carinatas. Geositio del Anticlinal del Ibor
Durante el Cámbrico inferior (541-520 m.a.) aparece una explosión de los primeros animales marinos con concha y esqueleto externo, trilobites y arqueociátidos,  mientras, la comarca fue protagonista de la primera orogenia que se desarrolló en el sur de Europa, la llamada Orogenia Cadomiense, la cual provoca una regresión marina con el plegamiento y emersión de los sedimentos marinos depositados durante los periodos Ediacárico y el Cámbrico basal. Dicha emersión no fue sincrónica en todo el territorio extremeño, permaneciendo nuestra zona sumergida hasta bien avanzado el Cámbrico inferior. Los materiales marinos entonces emergidos pasaron a constituir la superficie de un nuevo continente y por ello expuestos a los procesos erosivos de forma desigual, razón por la cual no existe registro en nuestro Geoparque de los correspondientes materiales estratigráficos del Cámbrico medio, ni del Cámbrico superior (520-485 m.a.).
 Neseuretus tristani de las lutitas ordovícicas del Guadarranque
Es en el Sinclinal del Guadarranque donde podemos reconstruir, a partir del estudio de sus rocas, todas las páginas siguientes de la historia del Geoparque. Durante el Ordovícico inferior y medio (485- 458 m.a.) se produce una nueva transgresión sobre el área anteriormente emergida, durante la cual los niveles del mar al principio fueron muy someros, con el depósito de grandes espesores de arenas de playa (precursoras de las actuales “cuarcitas armoricanas”) y finalmente muy elevados, con el depósito de lutitas fosilíferas (“pizarras con trilobites”).
Durante este periodo aparece una segunda gran radiación de la vida marina, multiplicándose el número de géneros y especies de trilobites, graptolites, braquiópodos, y  los primeros briozoos, así como los primeros arrecifes coralinos. Los moluscos, que ya habían aparecido durante el Cámbrico, llegan a ser comunes y variados, especialmente los bivalvos, los gasterópodos y los cefalópodos. 

 
 Orthoceras, cefalópodo típico del Ordovícico villuerquino
Pero a finales del Ordovícico superior (458-443 m.a.) la zona de la actual Península Ibérica emigra hacia el polo sur, bajan bruscamente las temperaturas y se produce una glaciación, con el depósito glacio-marino de grandes bloques rocosos (Diamictitas de la “Formación Gualija”) arrastrados por los glaciares hasta el mar, y con la extinción de muchas especies de los invertebrados marinos antes citados. 
Estratos de areniscas y lutitas del Cámbrico. Castañar de Ibor.
Se produce después una pequeña regresión con emersión del fondo marino y durante el Silúrico (443- 420 m.a.) finalmente una nueva transgresión con el depósito de las lutitas, con abundante fauna de graptolites, del núcleo del Sinclinal del Guadarranque.
Por último, la Orogenia Hercínica pliega y levanta todos los sedimentos anteriores, originando la última regresión ocurrida en esta comarca, por lo cual no existe registro estratigráfico en el Geoparque de los periodos siguientes  del Paleozoico, ni del Mesozoico.


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